Llamado así en honor a la diosa romana del hogar, Vesta es el asteroide más brillante del cinturón de asteroides y uno de los objetos más interesantes para los astrónomos que nos dedicamos al estudio de los cuerpos menores del Sistema Solar. Él solo constituye el 9 % de la masa del cinturón principal lo que lo convierte en el más masivo de los asteroides conocidos. En algunas ocasiones y en noches despejadas puede ser observado a simple vista.
Cuando decimos que Vesta es muy brillante tenemos que matizar que el asteroide por sí mismo no emite luz propia sino que lo que hace es reflejar la luz del Sol de la misma manera que lo hace la Luna. Es lo que se conoce como albedo, es decir el porcentaje de luz que un cuerpo es capaz de reflejar. En el caso de Vesta, debido a las características de su superficie, la luz reflejada es particularmente intensa.
Características:
Cuando decimos que Vesta es muy brillante tenemos que matizar que el asteroide por sí mismo no emite luz propia sino que lo que hace es reflejar la luz del Sol de la misma manera que lo hace la Luna. Es lo que se conoce como albedo, es decir el porcentaje de luz que un cuerpo es capaz de reflejar. En el caso de Vesta, debido a las características de su superficie, la luz reflejada es particularmente intensa.
Características:
Diámetro: 525 km
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Masa: 2,60 x 1020 kg
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Densidad: 3,45 g/cm3
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Gravedad: 0,25 m/s2
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Rotación: cada 5,3 horas
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Periodo orbital: 3,6 años
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Velocidad: 19,34 km/s
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Afelio: 2,57 UA
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Perihelio: 2,15 UA
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Magnitud aparente: entre 5 y 8
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Composición:
En la actualidad hay un debate en la comunidad científica sobre si Vesta debe seguir siendo considerado como un asteroide o si bien debe ser declarado como un planeta enano tal y como sucedió con Ceres en 2006. El motivo de discusión radica en que su estructura se aproxima más a la de un planeta que a la de un asteroide ya que tiene un núcleo metálico de hierro y níquel, un manto de silicatos y una corteza compuesta por roca basáltica lo cual demuestra que existió actividad volcánica, algo inusual en los asteroides.
Sabemos también que Vesta sufrió un brutal impacto de otro asteroide hace unos mil millones de años que llegó a arrancar aproximadamente el 1 % del total de su masa. Lo realmente increíble de este acontecimiento es que algunos de los fragmentos desprendidos por la colisión han caído aquí en la Tierra y nos han proporcionado una valiosísima información para comprender mejor la naturaleza de una parte importante del cinturón de asteroides. Estos meteoritos procedentes de Vesta son conocidos como acondritas HED por las iniciales de los distintos tipos recuperados y son los siguientes:
Howarditas: brechas formadas por restos de eucritas y diogenitas expulsadas en la formación de los cráteres de Vesta.
Eucritas: rocas de tipo volcánico compuestas fundamentalmente por piroxeno y plagioclasa.
Diogenitas: proceden de la sedimentación producida en el fondo de la cámara magmática del asteroide. Están compuestas por ortopiroxeno rico en magnesio llegando a formarse cristales apreciables a simple vista.
Vesta es uno de los objetos más fascinantes que conocemos. Un verdadero protoplaneta que está más cerca de lo que pensamos, que podemos ver y que podemos tocar y que nos cuenta una fantástica historia que comenzó hace más de 4.500 millones de años en los albores del Sistema Solar.
En la actualidad hay un debate en la comunidad científica sobre si Vesta debe seguir siendo considerado como un asteroide o si bien debe ser declarado como un planeta enano tal y como sucedió con Ceres en 2006. El motivo de discusión radica en que su estructura se aproxima más a la de un planeta que a la de un asteroide ya que tiene un núcleo metálico de hierro y níquel, un manto de silicatos y una corteza compuesta por roca basáltica lo cual demuestra que existió actividad volcánica, algo inusual en los asteroides.
Sabemos también que Vesta sufrió un brutal impacto de otro asteroide hace unos mil millones de años que llegó a arrancar aproximadamente el 1 % del total de su masa. Lo realmente increíble de este acontecimiento es que algunos de los fragmentos desprendidos por la colisión han caído aquí en la Tierra y nos han proporcionado una valiosísima información para comprender mejor la naturaleza de una parte importante del cinturón de asteroides. Estos meteoritos procedentes de Vesta son conocidos como acondritas HED por las iniciales de los distintos tipos recuperados y son los siguientes:
Howarditas: brechas formadas por restos de eucritas y diogenitas expulsadas en la formación de los cráteres de Vesta.
Meteorito NWA 6274, acondrita howardita |
Eucritas: rocas de tipo volcánico compuestas fundamentalmente por piroxeno y plagioclasa.
Meteorito NWA 3147, acondrita eucrita |
Diogenitas: proceden de la sedimentación producida en el fondo de la cámara magmática del asteroide. Están compuestas por ortopiroxeno rico en magnesio llegando a formarse cristales apreciables a simple vista.
Meteorito Tatahouine, acondrita diogenita |
Vesta es uno de los objetos más fascinantes que conocemos. Un verdadero protoplaneta que está más cerca de lo que pensamos, que podemos ver y que podemos tocar y que nos cuenta una fantástica historia que comenzó hace más de 4.500 millones de años en los albores del Sistema Solar.
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