25 de octubre de 2014

Vesta: el asteroide más brillante

Llamado así en honor a la diosa romana del hogar, Vesta es el asteroide más brillante del cinturón de asteroides y uno de los objetos más interesantes para los astrónomos que nos dedicamos al estudio de los cuerpos menores del Sistema Solar. Él solo constituye el 9 % de la masa del cinturón principal lo que lo convierte en el más masivo de los asteroides conocidos. En algunas ocasiones y en noches despejadas puede ser observado a simple vista.

Cuando decimos que Vesta es muy brillante tenemos que matizar que el asteroide por sí mismo no emite luz propia sino que lo que hace es reflejar la luz del Sol de la misma manera que lo hace la Luna. Es lo que se conoce como albedo, es decir el porcentaje de luz que un cuerpo es capaz de reflejar. En el caso de Vesta, debido a las características de su superficie, la luz reflejada es particularmente intensa.

Características:

Diámetro: 525 km
asteroide Vesta
Masa: 2,60 x 1020 kg
Densidad: 3,45 g/cm3
Gravedad: 0,25 m/s2
Rotación: cada 5,3 horas
Periodo orbital: 3,6 años
Velocidad: 19,34 km/s
Afelio: 2,57 UA
Perihelio: 2,15 UA
Magnitud aparente: entre 5 y 8

Composición:

En la actualidad hay un debate en la comunidad científica sobre si Vesta debe seguir siendo considerado como un asteroide o si bien debe ser declarado como un planeta enano tal y como sucedió con Ceres en 2006. El motivo de discusión radica en que su estructura se aproxima más a la de un planeta que a la de un asteroide ya que tiene un núcleo metálico de hierro y níquel, un manto de silicatos y una corteza compuesta por roca basáltica lo cual demuestra que existió actividad volcánica, algo inusual en los asteroides.

composición asteroide

Sabemos también que Vesta sufrió un brutal impacto de otro asteroide hace unos mil millones de años que llegó a arrancar aproximadamente el 1 % del total de su masa. Lo realmente increíble de este acontecimiento es que algunos de los fragmentos desprendidos por la colisión han caído aquí en la Tierra y nos han proporcionado una valiosísima información para comprender mejor la naturaleza de una parte importante del cinturón de asteroides. Estos meteoritos procedentes de Vesta son conocidos como acondritas HED por las iniciales de los distintos tipos recuperados y son los siguientes:

Howarditas: brechas formadas por restos de eucritas y diogenitas expulsadas en la formación de los cráteres de Vesta.

howardita
Meteorito NWA 6274, acondrita howardita

Eucritas: rocas de tipo volcánico compuestas fundamentalmente por piroxeno y plagioclasa.

eucrita
Meteorito NWA 3147, acondrita eucrita

Diogenitas: proceden de la sedimentación producida en el fondo de la cámara magmática del asteroide. Están compuestas por ortopiroxeno rico en magnesio llegando a formarse cristales apreciables a simple vista.

diogenita
Meteorito Tatahouine, acondrita diogenita

Vesta es uno de los objetos más fascinantes que conocemos. Un verdadero protoplaneta que está más cerca de lo que pensamos, que podemos ver y que podemos tocar y que nos cuenta una fantástica historia que comenzó hace más de 4.500 millones de años en los albores del Sistema Solar.

9 de octubre de 2014

Cometas y Asteroides: conceptos básicos

Antes de lanzarnos al espacio a descubrir los secretos y maravillas de esas "rocas" que se encuentran más allá de los confines de nuestro planeta, es necesario que comprendamos unos conceptos básicos sin los cuales no podremos ir a ninguna parte. Son nuestro punto de partida, nuestra referencia de aquí en adelante.

Creemos que conocer bien cada uno de los cuerpos menores que forman parte del Sistema Solar es del todo necesario, no solo para poder seguir este blog u otras publicaciones científicas, sino también como mera cultura general. A pesar de que en realidad son muy fáciles de distinguir, todavía existen medios de cierta seriedad que confunden sistemáticamente estos términos y siembran con ello la ignorancia por doquier. Humildemente esperamos desde aquí poder arrojar algo de luz en la inmensa oscuridad del desconocimiento cósmico.

Y sin más preámbulos, pasemos a conocer los objetos que hacen que miremos al cielo embelesados:

Cometa: es un cuerpo compuesto principalmente por rocas, hielo y polvo. Debido a la excentricidad de su órbita, sus materiales se subliman al acercarse al Sol generándose una o varias colas luminosas.

cometa
Cometa Halley

Asteroide: cuerpo rocoso y/o metálico de más de 50 metros de diámetro que orbita alrededor del Sol.

asteroide
Asteroide Ida

Meteoroide: cuerpo rocoso y/o metálico de menos de 50 metros de diámetro que orbita alrededor del Sol.

Bólido: fenómeno luminoso con un brillo superior al del planeta Venus producido por la entrada en la atmósfera de un asteroide o de un meteoroide.

bólido
Bólido de Villabeto de la Peña

Meteoro: fenómeno luminoso, popularmente conocido como estrella fugaz, provocado por la entrada en la atmósfera de partículas de polvo, hielo o pequeñas rocas.

estrella fugaz
Meteoro o "estrella fugaz"

Meteorito: cuerpo natural que estaba en el espacio cuyos fragmentos alcanzan la superficie después de atravesar la atmósfera.

meteorito
Meteorito "El Chaco" en Argentina

En resumen podemos decir que los cometas, asteroides y meteoroides son cuerpos celestes que se encuentran orbitando el Sol. Los bólidos y las estrellas fugaces son fenómenos luminosos que se producen cuando uno de esos cuerpos entra en contacto con la atmósfera. Por último, los meteoritos son los restos de esos cuerpos que consiguen llegar a la superficie. Son varias las toneladas de material prodecente del espacio las que llegan a nuestro planeta cada día. Por suerte, nuestra atmósfera se comporta a altas velocidades como un fluído muy denso, un auténtico escudo protector, y la cantidad de material que llega a tocar suelo es ínfima. No obstante, hay que tener presente que siempre existirá la posibilidad de que caigan fragmentos de considerable tamaño.

Una vez que conocemos los conceptos fundamentales, cabría preguntarse si el avistamiento de un bólido o de una estrella fugaz es un indicio claro de que ha caído un meteorito en la Tierra. La respuesta es relativa. De lo que sí estamos seguros es de que una estrella fugaz nunca se convierte en meteorito dado que se trata de partículas tan pequeñas que se funden a unos 100 km de altura. Un bólido, por el contrario, sí que podría dar como resultado la caída de fragmentos que lleguen al suelo pero no siempre. Que ello se produzca depende del tamaño del cuerpo que entra en la atmósfera, su masa, velocidad, ángulo de entrada y del material del que está compuesto.

Sea como fuere, el estudio de los cometas y de los asteroides así como de los fenómenos asociados a los mismos, constituye un campo apasionante que nos proporciona una información muy valiosa acerca del origen de nuestro Sistema Solar, de nuestro planeta y hasta de nosotros mismos.